“… Tercera llamada, tercera, comenzamos” (Parte 2)
La hora de la comida fue ocupada, en parte, por la prueba de sonido de los chicos de música. Y fue mejor así, pues pudimos instalar, colocar y probar cada uno de los micrófonos e instrumentos, cada alumno tuvo una primera dosis de ese escenario. No disminuía la buena disposición y la broma fácil, sin embargo ya se presentía el nerviosismo que ponía a los alumnos alertas y atentos. Todos cooperando, muy involucrados en lo que serían las presentaciones individuales como grupales.
Desde las 17:00 horas en que dimos llamado a los participantes de la tarde, el foro comenzó a llenarse. Familias enteras con niños pequeñitos y abuelitos también, todos emocionados esperaron pacientemente hasta las 18:00 en que se anunció la tercera llamada para los chicos de música. Para entonces teníamos un foro con más de 300 asistentes.
El programa original fue modificado en el orden, el grupo decidió presentar primero las 6 piezas de piano (individual) que habían preparado con el maestro Guillermo Pimentel. Aún cuando el grupo incluye a chicos que tienen diversos niveles técnicos, fue admirable ver a todos ellos salir de los camerinos plenamente concentrados y caminar hasta el piano ubicado en el centro del escenario para sentarse y mostrar el trabajo realizado a lo largo de varios meses. Debo decir que no es algo sencillo.
Posteriormente todos ocuparon algún lugar en el escenario y tocaron 5 piezas (ensamble) bajo la dirección del maestro Guillermo Custodio. Ya estaban más relajados para entonces y se notaba, era evidente que estaban gozando del momento y eso siempre se agradece. Un repertorio ecléctico, que incluyó una pieza tradicional mexicana, otra más de la autoría de uno de los alumnos y finalmente una versión vocal de una canción del grupo Zoé. Así de variada y amplia es la música que nos alberga a todos. El aplauso que despidió la presentación fue grande y honesto, la sonrisa de padres, profesores y alumnos también.
A las 19:00 dimos inicio con la primera representación de los alumnos de teatro correspondientes a 3er. semestre, “Recuerdos para un final”, bajo la dirección de la maestra Edzná García, pero importante destacar que es creación colectiva del grupo.
A través de esta escenificación los alumnos compartieron su imaginario y también sus preocupaciones. Una fuerza sobre humana condujo a unos seres con poderes a un mismo bosque para llevar a cabo una misión que nos concierne a todos: la preservación de nuestro planeta. La obra finalizó con una recreación de una playa y los actores ofrecieron caracoles y conchitas de mar a la audiencia, invitándolos a reflexionar. El aplauso fue generoso.
Tomamos unos pocos minutos para realizar cambios técnicos y cerca de las 19:30 dio inicio la segunda obra, con alumnos de 5º. Semestre, “El jurado”, bajo la dirección de la maestra Patricia Martínez, y como en el caso anterior, creación colectiva.
La sala de espera de un hospital recibe a distintos personajes, con distintos padecimientos. Un terremoto sacude el lugar y solamente uno puede salir de ahí. La obra gira en torno a los argumentos que cada uno de ellos da para salvarse, hasta que un personaje misterioso aparece y pone la decisión en la audiencia, cabe señalar que es un momento en el que todo este drama se convierte en comedia, llevando a la audiencia de un sentimiento sobrecogedor a la más pura carcajada. La reflexión final es avasalladora: -¿quién eres tú para decidir sobre la vida de los demás?- Se apagan las velas y el telón (imaginario) cae. Aplausos y emoción de todos los participantes, de las familias y la audiencia en general.
Un cálido ambiente humano, a pesar del viento invernal, todas las familias participando de manera armónica y amable. Eso es sin duda el arte.
Así fue nuestra primera experiencia en un foro externo al Colegio, una experiencia única que sin duda deseamos repetir, como les digo a nuestros alumnos con frecuencia: El escenario y la galería, son premios a la perseverancia, a las horas de entrega, a las tardes de clases en vez de salir con los amigos. Es la oportunidad que tenemos de completar nuestro ritual artístico, y para algunos nos resulta tan vital como la respiración.