Palabras de la directora general Rosa María Catalá Rodes en la ceremonia en reconocimiento al personal del Colegio Madrid del 10 de octubre.

En todos lados hay Colegio Madrid, este campo nos ha salvado siempre, y aquí estamos haciendo este reconocimiento a una jornada, que como bien dijo Luciana Fernández, nos dejará un recuerdo para toda la vida, del que todos aprendimos algo.

Estimados padres de familia. Queridas autoridades de Asamblea y la Junta de Gobierno que nos acompañan el día de hoy. Queridos alumnos, maestros, trabajadores del Colegio y comunidad en pleno:

Hoy hace justo tres semanas nos encontrábamos realizando uno de los muchos ¿Cientos? de simulacros de evacuación por sismos que se han llevado a cabo en este Colegio desde 1985, tras el primer gran temblor que sacudió estas instalaciones a pocos años de ser inauguradas. De esa experiencia aprendimos mucho, en primer lugar a reforzar edificios y estructuras, a establecer desde la propia comunidad de padres, el primer protocolo de Protección Civil del Colegio. A conectarnos en 1991 al sistema de alertamiento sísmico del CIRES (Centro de Instrumentación y Registro Sísmico); la primera escuela privada en tenerlo.

Pero volvamos al 19 de septiembre de este año. A las 13:14 horas, la mayoría estábamos en clase o trabajando en las oficinas. Súbitamente y de manera muy violenta empezó a moverse todo. En fracciones de segundos empezamos a salir de los espacios cerrados, estaba temblando, muy fuerte.  Se oía y crujían y caían cosas alrededor. Se oían gritos. La alerta empezó a sonar cuando ya estábamos evacuando edificios.

La historia que sigue la conocemos todos; cada uno, desde donde estaba y desde cómo se sintió en esos difíciles momentos. Podíamos sentir y deducir que era un siniestro, que no era a lo que estamos acostumbrados sentir en un sismo en esta ciudad. Vivimos, junto a las instituciones vecinas y junto a todo el centro y sur oriente de la ciudad, una experiencia muy difícil. Pronto sabríamos que fue destructiva y dolorosa. Pero en medio de tanto miedo, verdadero miedo y angustia, el comportamiento de más de dos mil personas que estábamos en el Colegio fue ejemplar. La respuesta de orden, calma y cuidado, acabó imponiéndose entre nosotros y de aquellos que lo necesitaron más y que buscaron el apoyo de otras personas, de otros alumnos. Nos hemos preparado para actuar, y eso hizo la diferencia de lo que pasó en otros lados. A las 13:24 estábamos todos en el campo de fútbol. Cero heridos, por mucho es el mejor cero que hemos tenido cualquiera de nosotros en la historia de este Colegio. Durante los recorridos posteriores, cuando ya todos los alumnos estaban resguardados, pudimos constatar que había daños; ya lo sabíamos desde la evacuación. El sismo se ensañó con las estructuras del preescolar y de la Dirección General. Sí hubo daños materiales.

Hoy, y frente a este Colegio tan querido para mí y mi familia, me sumo con gran orgullo al reconocimiento que las máximas autoridades nos hacen por el ejemplar comportamiento de los alumnos y el personal durante esa jornada que nunca olvidaremos. También, por todo el trabajo que hubo antes, durante y después del sismo, fundamental para que todos estemos hoy aquí, con un diez. En un rápido recorrido de lo que pasó y cómo resolvimos cuestiones cruciales de cuidado de alumnos, entrega a sus padres, identificación y reparación de daños, comunicación, mudanza de espacios de trabajo, trámites complejos, organización de reuniones, planeación y envío de trabajos en línea, respuesta a cientos de correos. Todos los que formamos la planta del Colegio Madrid trabajamos con gran compromiso. Hay, sin embargo, equipos que desde del mismo día 19, y a lo largo de las dos semanas siguientes, sin afán de protagonismo, y porque era lo que tenían que hacer, anteponiendo su trabajo a su vida personal, trabajando hasta altas horas de la noche y en fines de semana, han logrado que hoy estemos de vuelta en clases. Tal vez lejos de lo que podemos llamar normalidad; pero ¿Qué es la normalidad? La normalidad es sentirnos seguros, cada vez más; y hacia eso debemos seguir apuntando. Estos equipos, en orden cronológico de actuación, los menciono ahora:

El Comité de seguridad y protección civil del Colegio Madrid;

Las maestras de preescolar, y todo el equipo de apoyo en esa sección, que salvaron lo más pequeñito y lo más vulnerable de este Colegio;

A mantenimiento e intendencia, que como ustedes saben, no preguntan a qué hora; no preguntan cuánto va a durar. Ellos están siempre ahí y son los primeros en ayudar y apoyar. Son los primeros en abrir la puerta y los últimos en cerrarla. Son los que hicieron posible que la puerta del Colegio volviera a abrir. Incluso al día siguiente, cuando estábamos revisando que era lo que se debía hacer; ellos ya estaban reparando, limpiando, apoyando;

Los servicios administrativos. Sin las oficinas no hubiéramos seguido trabajando, no habría los recursos, ni la posibilidad de que todo siguiera adelante. Lo hicieron con un ritmo de trabajo que implicaba moverse muy rápido. Todos los trámites, todos los requerimientos de la SEP, de la delegación, de la Ciudad de México, lo seguimos atendiendo y lo hemos solucionado con gran cuidado desde las oficinas. La mayoría de ellas —prácticamente todas— en otros espacios; porque el nuestro está dañado;

A la Coordinación de Vinculación y Departamento de Tecnologías de la Información que formaron un gran equipo; una dupla irremplazable para todo el trabajo de comunicación con los padres de familia desde el primer comunicado: “todos los alumnos del Colegio están bien”, tan sólo a minutos del sismo. Eso ha sido invaluable, y sabemos que los padres han valorado mucho todos y cada uno de esos comunicados y todas y cada una de las respuestas que han recibido a sus correos;

Por supuesto a todos los maestros que no han parado ni un minuto en la elaboración de estrategias y trabajos para ajustar los programas y seguir trabajando. Ahora tendrán que hacer el trabajo que muchos hicimos cuando ellos no estaban: recuperar el semestre, el año escolar, con la calidad y con la calidez con la que sabemos que van a hacerlo. Sí, abruma, pero es una cuestión de aprendizaje y de logro académico que tenemos que demostrar desde ese mismo día cuatro de octubre.

El trabajo no está ni mucho menos concluido. Hay que revisar y mejorar los procedimientos de evacuación. Hay que mudar todo un preescolar al gimnasio y trabajar allí tan bien y con tanto cariño como en sus edificios, que pronto empezarán a repararse.

El 19 de septiembre de 2017 México sufrió pérdidas; algunas muy cercanas. Hoy sabemos que el Colegio tiene mucho por hacer antes de celebrar. Celebraremos cuando tengamos un nivel aún más alto de seguridad y protección que el que tenemos. Esa es una tarea que ya ha empezado y en la que todos tenemos un papel. En algún momento de los primeros meses de 2018 nos volveremos a reunir para reinaugurar esos espacios. Ese día sí que celebraremos, porque nuestro Madrid será más fuerte y estará mejor preparado. Esta historia que empezó hace poco más de 76 años no se ha detenido ni va a detenerse, sólo se ha desacelerado un poco, pero como siempre, dejando importantes aprendizajes.

¡Madrid bien! ¡Siempre bien!

 
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Comments (5)

  • Una vez más, compruebo que mi hijo está en el mejor lugar para formarse. ¡Gracias por todo lo que hicieron ese 19! Estoy segura de que seguirán trabajando para mejorar y pronto podremos celebrar.

  • Felicidades a este Gran Colegio. Y a la Directora. Que con lo anterior expuesto tiene en un alto valor a todo su personal.
    Las experiencias vividas y logradas demuestran su gran labor docente
    El saber seguir reglas. Y sobre todo demuestra un gran amor al prójimo.
    En la docencia es lo que se necesita y el ejemplo de todos los responsables mencionados hará que sus alumnos a futuro practiquen y sean ejemplo en nuestra sociedad
    Colegios. Como este son los que necesita México
    Repito ,Felicidades. Y que siga logrando sus metas. Un abrazo afectuoso.

  • Yolanda Hernandez Guerrero

    Quisiera expresar de mil maneras mi agradecimiento a todas y cada una de las personas del colegio que estuvieron presentes el 19 de septiembre. Pero no hay palabras que alcancen para describir todo lo que siento. Por eso solo quiero decir Gracias. Gracias .Gracias.

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