Bruno y Carmen
En ocasión del Día Mundial de la Discapacidad, 3 de diciembre, se nos ocurre preguntarnos ¿dónde está la discapacidad? ¿La “discapacidad” está en la persona o en la sociedad?
Desde el paradigma social de la discapacidad, diríamos que la discapacidad de una persona es resultado de su condición personal y de los apoyos que recibe del entorno social.
Dejemos que un ejemplo de Bruno y Carmen nos lo aclaren.
Bruno es un chico que utiliza silla de ruedas para movilizarse, llega al cine y el único acceso es por una escalera eléctrica. En ese momento la condición de Bruno lo incapacita para acceder al cine. Por el contrario, si hubiera un elevador, Bruno podría entrar al cine como cualquier otra persona y su condición no le representaría una discapacidad. Es decir, Bruno tiene una condición que hace que requiera el uso de una silla de ruedas, sin embargo lo “discapacitante” de su condición está en función de los apoyos o ajustes que existan para que pueda o no acceder a lo que el resto de las personas pueden acceder. En esta situación, esos apoyos o ajustes sociales están representados por el elevador.
Carmen es una chica que tiene una condición que implica que su pensamiento tiende a ser concreto y se le dificultan los conceptos abstractos. Carmen entra a una nueva escuela donde no se hacen ajustes para los alumnos. Más tarde o más temprano, la condición de Carmen le impediría acceder a algunos aprendizajes; a falta de ajustes, su condición la estaría “discapacitando” para aprender. ¡Ojo! ¡Pero eso no quiere decir que Carmen no pueda aprender! Si en la escuela los maestros hacen ajustes, como poner ejemplos concretos o usar un lenguaje corto y sencillo, Carmen puede seguir aprendiendo a su propio nivel y, a través de ello, ejercer el derecho que ella, como cualquier otra persona, tiene a la educación.
En nuestro Colegio, valoramos la diversidad, sabemos que todos somos diferentes y necesitamos de distintos apoyos a lo largo de la vida. Por eso nos esforzamos para generar los ajustes que nuestros alumnos requieren, porque estamos convencidos de que todos tenemos el mismo derecho a aprender, desarrollarnos y convivir en los mismos espacios sociales.
¿Quién sabe si quizás algún día en el que los apoyos y ajustes existan de manera “natural” ya no tengamos que hablar de “discapacidad”? ¿Será?