Entre ajolotes y canales. Práctica de campo a CIBAC.
El Colegio Madrid es muy grande, imagina caminar por todas sus instalaciones. Ahora piensa en una extensión de 15 veces el tamaño del Colegio, un área enorme: eso es aproximadamente un kilómetro cuadrado. Intenta pensar en solo 36 personas caminando en esa gran área ¿las encontrarías fácilmente? Seguramente no, son muy pocas. Esa es la cantidad de ajolotes que quedan en nuestro país, según se reportó hace apenas cuatro años. 36 ajolotes por kilómetro cuadrado es muy poco para una especie; es por eso que este importante animal está declarado como una especie en peligro de extinción.
El ajolote es un anfibio increíble, durante toda su vida se mantiene con las características de una salamandra en etapa juvenil. Tiene branquias, que le permiten respirar debajo del agua, y tiene pulmones, con los que puede respirar fuera de ella; además, su cuerpo se regenera. Es una especie importante no solo por su atractivo y valor histórico para las poblaciones de la Ciudad de México, sino por la importancia que tiene para la investigación. De todo el mundo, habita únicamente en la región de Xochimilco. Esas son algunas razones por las cuales es interesante conocer sobre los ajolotes (Ambystoma mexicanum).
En el Colegio, desde hace tiempo, realizamos una práctica de campo al Centro de Investigaciones Biológicas y Acuícolas de Cuemanco (CIBAC), un sitio de investigación dedicado a la conservación de esta especie. La generación de primero de secundaria y de tercer grado de preescolar, compartimos los días 11 y 12 de abril para trabajar juntos en este importante centro de investigación alrededor del tema de los ajolotes. En la práctica, aprendimos sobre su ciclo de vida, las principales amenazas que tienen sus poblaciones y pensamos en posibles soluciones para que no se extinga. Esto tiene mucho que ver con nuestros hábitos cotidianos, pues la urbanización y contaminación lo ponen en riesgo. También conocimos directamente a los ajolotes, una experiencia sumamente importante para todos, pues vemos frente a frente a este animal que aún hoy sigue luchando por sobrevivir en un ambiente muy complicado para cualquier especie, como es la ciudad. Conocer de cerca de una especie amenazada es un importante primer paso en la sensibilización que todos deberíamos de tener para su conservación, y qué mejor que aprender entre alumnos de distintas edades que comparten sus vivencias sobre un animal emblemático para nuestro país.
La mitología mexica cuenta la historia de cómo Ehécatl, dios del viento, fue el encargado de matar a los dioses. Uno de ellos, Xólotl, gemelo de Quetzalcóatl, se rehusó a morir y huyó por varios sitios hasta sumergirse en el agua y convertirse en ajolote. De cierta forma este escape sigue ocurriendo, el ajolote sigue luchando por su vida. En la actualidad aunque los humanos somos una de sus principales amenazas, también somos los que podemos evitar su desaparición definitiva.