Energía y sustentabilidad. Consumo de luz en el Colegio (2009-2017).

Cuando hablamos de sustentabilidad, es muy importante también hablar de consumo. No es suficiente ser sensibles sobre nuestro impacto en el medio ambiente, si no ser críticos respecto a nuestros hábitos de consumo. En el Comité de Sustentabilidad del Colegio, formado por maestros, autoridades y administrativos, nos propusimos indagar cómo ha sido nuestro consumo energético durante los años recientes. ¿Te has preguntado cuánta luz consume nuestra escuela? ¿Cómo impacta eso en el ambiente? ¿Cómo ha sido nuestro consumo a lo largo de los últimos años?

A finales del 2011, el Colegio inició un cambio importante en la forma de usar luz. Primero, individualizamos las instalaciones eléctricas por espacios, y hemos estado cambiando gradualmente las luminarias por nuevas de menor consumo energético. Esto quiere decir que se colocaron apagadores para regular individualmente la luz en nuestros espacios y usamos focos y lámparas que consumen menos electricidad. Anteriormente, la instalación eléctrica sólo permitía encender o apagar grandes porciones de los edificios. Si queríamos encender la luz de un solo salón, lo teníamos que hacer para muchos otros también; aun cuando no había nadie en ellos. No solo usábamos más luz, sino que también el gasto económico era mayor. El dispendio de electricidad era muy alto e iba en aumento año con año.

Aunque tenemos la idea de que la electricidad es una energía limpia, todavía en nuestro país cerca de tres cuartas partes de ésta se produce en plantas térmicas; es decir, quemando combustibles fósiles y produciendo gases de efecto invernadero, especialmente CO2 que, como bien sabemos, es el principal factor del cambio climático y el calentamiento global.

Analizando los datos sobre consumo de luz en el Colegio desde el 2009, descubrimos que desde el 2012, a partir estas acciones, no sólo detuvimos a tendencia en el incremento del consumo, sino que se redujo significativamente. En la gráfica 1 podemos ver la reducción de Kilowatts por hora durante los periodos del día que utilizamos electricidad en el Colegio. El ahorro de electricidad reduce costos, pero, más importante, nuestra huella de carbono e impacto al medio ambiente.

El ahorro de energía también ha traído un ahorro económico a pesar de que el costo de la luz ha aumentado (figura 2). Modificar nuestros hábitos de consumo como institución ha reducido la cantidad de kilowatts hora, el dinero que gastamos en ello y, sobre todo, nuestro impacto ambiental. Esa es una gran noticia.

Casi todas las acciones ambientales requieren paciencia, pues los resultados no son visibles inmediatamente. Con el tiempo nos damos cuenta cómo, con “simples” acciones que tomamos hace más de cinco años, han tenido un impacto real, concreto y medible.

Es necesario continuar reduciendo nuestro impacto ambiental; complementar las acciones pasadas con acciones presentes. Ahora comenzamos la campaña “Ahorremos energía ¡El último apaga la luz!”, con el fin de que los salones, cubículos y oficinas donde no haya nadie, no se quede la luz prendida.

Comunicar las cosas valiosas que hacemos y logramos, es muy importante; pero sobre todo continuar haciéndolas y entender que éstas tienen impactos reales sobre nuestra vida cotidiana. Debemos involucrara a cada vez más personas de nuestra comunidad en acciones de ahorro y reducción del impacto ambiental. Los resultados nos benefician a todos. La sustentabilidad se trata de eso.

Manuel Ochoa

Compártenos

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *