Ceremonia para despedir a Rosa María Catalá de la Dirección general del Colegio Madrid
El pasado 14 de mayo por la mañana realizamos una emotiva ceremonia con motivo del día del maestro, pero, sobre todo, para celebrar y reconocerle a Rosa María Catalá, sus nueve años en la Dirección general del Colegio que en unas semanas más llegarán a su fin.
Los alumnos de las cuatro secciones, los maestros, los trabajadores administrativos y de mantenimiento, acompañados por miembros de la Asamblea y de la Junta de gobierno del Colegio Madrid, nos reunimos en el patio didáctico de la primaria para hacerle una celebración “sorpresa” a Rosa Mari. Elegir este patio no fue casual, es un espacio que se ha transformado profundamente en los últimos dos años, con el fin de mejorar de manera significativa la infraestructura del Colegio para la protección civil, pero también para potenciar el trabajo académico creando extraordinarios ambientes didácticos. Abajo del patio está la cisterna de captación de agua pluvial, con cerca de 500 metros cúbicos de capacidad para mitigar los efectos de las lluvias torrenciales. Las canchas del patio están pintadas con motivos de matemáticas y de artes plásticas, como la proporción aurea o patrones, para trabajar sobre estos temas. Pero lo más importante es el edificio remodelado que alberga el Taller de ideas o Maker Space, el nuevo laboratorio de tecnologías de primaria, así como los comodísimos salones de música. Este complejo es, sin duda, un legado material muy importante de la gestión de Rosa Mari, que materializa muchísimo trabajo tanto a nivel de infraestructura y administración como innovaciones académicas y didácticas.
Ernesto Rico abrió la ceremonia haciendo un breve recuento de algunos de los grandes logros de la gestión de la Rosa Mari considerándola como “Nueve años de una dirección general con visión de futuro, profundamente fiel a nuestros valores; analítica y crítica para hacer los diagnósticos; imaginativa e innovadora para hacer sus propuestas; así como eficaz y proactiva para llevarlas a cabo… Nueve años en que, sin dejar de pisar fuerte en nuestros orígenes y nuestra identidad histórica, el Colegio Madrid inició un proceso de reinvención y transformaciones para enfrentar los retos del presente y sentar las bases del futuro.” Y precisó “Rosa Mari no se va del Colegio. Este año cumple treinta como una gran maestra, y en los años más recientes, maestra de maestros, dejando una institución sólida y con mucho futuro. Rosa Mari nos acompañará todavía algunos años más desde su salón de clase y con nuevos desafíos, que, estamos seguros, asumirá con la pasión e intensidad que la caracterizan.”
Posteriormente Javier Hernández, a nombre de los trabajadores, hizo un emotivo discurso a partir de una metáfora sobre el amor entre una nube y una duna, en la que la nube era Rosa Mari errante en algún momento —recordemos que ella llegó a México y al Colegio como alumna en los años ochenta de Argentina, proveniente de una familia migrante de Cataluña—, pero que su amor por la duna, el Colegio Madrid, logró que se quedara en ese lugar y hacer que la duna floreciera gracias a su lluvia.
Los chicos de tercero de preescolar, junto con sus maestras y su profesor de música, Claudio Martínez, cantaron y bailaron la canción infantil Baixant de la Font del Gat, recordando el origen catalán de Rosa Mari, así como Despedida, escrita por el propio Claudio.
Diego Freeman, alumno del último año de bachillerato, reconociendo la importancia del Colegio Madrid para su formación, dijo lo siguiente: “El día de hoy nos despedimos de nuestra actual guía: Rosa Mari. Mujer que ha participado en este proyecto como directora desde el 2010 y como docente desde 1989, maestra apasionada, que, durante toda una década, ha encabezado este Colegio del que hoy muchos nos sentimos hijos… Gracias por luchar, gracias por creer en la educación, gracias por dejar un legado que servirá como referencia a las futuras generaciones de madrileños, gracias, sobre todo, por permitir que este proyecto perdure.”
Los alumnos de segundo de primaria, dirigidos por Josefina Cervantes y con Mauricio Camarena al piano, cantaron canciones típicas del Colegio, entre las cuales no podía faltar Vamos a contar mentiras y Señor Don gato.
María Eugenia Colsa, amiga de toda la vida de Rosa Mari y directora de la secundaria le dedicó unas palabras. Después de un breve repaso del tiempo que han estado juntas le dijo “Nos hemos acompañado también en esos momentos difíciles y dolorosos que la vida nos ha puesto delante, siempre cercanas.” Y en los últimos años, nuevamente hombro a hombro, una en Dirección general y otra en Dirección de secundaria: “Han sido años de muchísimo trabajo y por momentos de un alto estrés. Pasamos por inundaciones, terremotos, epidemias y toda clase de problemas, aunque también de momentos de mucha satisfacción; aquí junto con todos nosotros y siempre, no me dejarán mentir, ha trabajado duro con y para todos, dónde y cómo ha hecho falta… ¡Nada Rosa Mari, que por aquí seguiremos mientras el cuerpo aguante!”
Jaime del Río, presidente de la Junta de Gobierno, reconoció el trabajo de maestras y maestros y cerró “Sólo me queda agradecerles a todos continuar de manera conjunta en este gran proyecto educativo que es el Colegio Madrid y reconocerle a Rosa Mari haber estado al frente durante todos estos años con este gran equipo que has podido llevar a muy buen puerto y, finalmente, decirles gracias a todos y ¡Qué viva el Madrid!”
Para cerrar, los alumnos de cuarto de primaria hicieron un acróstico con la palabra “gracias” y los chicos de secundaria soltaron pompas de jabón.
Muchas gracias Rosa Mari por los treinta años entregados al Colegio Madrid y por los nueve en los que lo has dirigido.
Adriana Raull
Una gran ex alumna y compañera…, por lo que me es fácil imaginar el aporte de Rosa Mari a la
“Calidad y Prestigio “, del
COLEGIO MADRID‼️
Un abrazo !