Nuestras Voces, pequeños fragmentos que nos completan en la distancia.
Nadie tiene las respuestas, pero me parece que,
cada uno de los textos que forman esta Antología,
significa la esperanza de que nuestra especie aún
puede hacer cosas buenas
(Ana María Jiménez Aparicio, Directora General, 2020).
Este año 2020 nos ha enseñado a ser pacientes, prueba de ello es la premiación del Concurso literario Nuestras Voces de la primavera de 2020 (edición 24) en la que los concursantes (alumnas, alumnos, exalumnos y empleados), tuvieron que esperar varios meses para ser invitados y reconocidos por su talento en la escritura creativa de cuentos, poesías y mini ficciones. Esta breve pero emotiva ceremonia fue el pasado 26 de noviembre.
Como bien sabemos, la Antología o como solemos decirle “el concurso de cuento”, convoca para escribir y poder celebrar con un libro y una rosa bajo el brazo, cada 23 de abril: Día mundial del libro. Este año fue la excepción, los libros también se quedaron confinados y sólo fue posible la edición en formato electrónico. Esto no quita calidad a los textos, por el contrario sirvió para acercarnos en la distancia.
Si bien es cierto, los libros no usan cubre bocas, los lectores nos encontramos todavía en casa, cuidando de nuestra salud; objetivo prioritario en nuestro colegio.
Diciembre será un mes de cierre de año, de trimestres o semestres escolares. Pero a pesar del confinamiento, estaremos esperando un mejor año de escritura y por supuesto de lecturas en casa.
La Unidad cultural y la Biblioteca virtual del Colegio se encuentran trabajando para proporcionar a distancia algunas lecturas de placer, de ocio, de relajamiento que nos puedan hacer sentir menos apesadumbrados estas navidades. Sin importar la edad, apostamos a la lectura en familia como un factor determinante en la cultura y formación personal durante la infancia, adolescencia y juventud.
Periscopio a la cultura los invita a visitar nuestro sitio web para que se sientan siempre acompañados con una nueva oferta cultural. Es sencillo, ponlo en tus favoritos.
Por lo pronto les dejamos unos fragmentos de Nuestras voces que sirven para cerrar este año.
Antología literaria Nuestras Voces
Pequeños fragmentos (edición 24, junio de 2020).
*Pudiera ser la historia transparente de cualquier persona, pero en ésta ocasión … es la mía.” Mi nombre es Jade, y cuando tenía 11 años sucedió algo inesperado que cambió mi mundo …Tuve que madurar de manera instantánea (Tu mirada transparente. Karla Paola Martínez Follem, 6º Primaria).
*Las palabras se atoran en tu garganta y algo te dice que es mejor callar. Parece casi que están esperando a que algo suceda. Pero nada pasa. Minuto tras minuto, te das cuenta de que esta es una diversión tristona. Sentarse en el trono y sentir el poder que rezuma. Pero así, con frío y sin súbditos, el único poder que sien- tes es el del silencio. Luego de horas que parecen interminables, tus párpados se cierran arrastrados por el sueño (Sangre color infierno, Julia Rojas Pereyra, 3º Secundaria).
*Estoy cansado. El astronauta Bill se observa a sí mismo frente al espejo por un par de horas. Con los ojos inyectados en sangre observa su largo y maltratado cabello, luego se frota la barba desarreglada y canosa con las yemas de los dedos. Palpa su demacrado rostro. Sus pómu- los sobresalen de una forma grotesca. Ya no sé qué hacer. La nave está destrozada y no veo nada cerca, solo estrellas. Ya no hay comida ni agua. Ya no sé qué hacer. Estoy cansado. (Caronte, Carlos Eugenio Abreu Mora, Bachillerato).
*Lo primero que vi fueron las hormigas.
Rodeaban el cuerpo de mi perra
como recordando que
la unidad no existe sola
necesita de lo múltiple
para delimitarse.
(Hormigas, Itsue Nakaya Pérez, ex alumna).
*De pronto ella desapareció de escena
Sus manos temblaban,
su cuerpo de tarántula hacía tambalear la mesa
y los ponentes miraban hacia todas partes, aterrados.
Estaba sufriendo un ataque nervioso
y nadie sabía qué hacer.
Tantas lenguas reunidas en un mismo salón,
tanta sabiduría de pueblos legendarios…
y en el suelo ese cuerpo titubeante
en espasmos de nervios.
(Tarántula, Mircea Lavaniegos Solares, ex alumno).
*El problema con el mar es que es demasiado; demasiado azul, de- masiada agua, demasiado grande, demasiadas olas. El problema de escribirle al mar es verlo y sentir que es demasiado mar.
Porque si uno tuviera su marcito propio, pequeño, con un pe- dacito de cielo y un poco de arena; un mar portátil que pudiéramos dejar en la cama mientras nos bañamos,y luego guardarlo en la cartera o en la bolsa del pantalón, entonces podríamos decir todo lo que es el mar.
Pero, sinceramente, es imposible, porque uno se sienta fren- te al mar, al grande, al de de veras, y se queda como hechizado ahí. Empezamos a pensar y lo que se nos ocurre son ideas demasiado grandes, sobre las estrellas y el infinito, sobre el constante ir, venir y estrellarse de las olas frente a los ojos, como haciéndonos una reverencia y exigiendo la nuestra al mismo tiempo.
Por eso yo no le escribo al mar. (Demasiado mar, Juan Manuel Ruisánchez Serra, profesor).
AVISO: Estén pendientes de la próxima invitación para formar parte de la escritura de: Nuestras voces cercanas (primavera 2021).
Por una cultura compartida
Lourdes Aguilar Salas
Coordinación de actividades culturales y literarias.
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