¡Hagamos las piñatas!
La emoción comienza la segunda semana de noviembre cuando ¡llegan las ollas! en ese momento los niños saben que pronto empezarán a empapelarlas, así que se organizan y traen periódico cortado en pedacitos y engrudo preparado con cariño en casa por algunas mamás.
Los niños se organizan en equipos, con ayuda de su maestra (o) y salen a poner capas de papel ¡qué momento tan divertido! A muchos les encanta la sensación de tener algo pegajoso en las manos.
Cuando las ollas están forradas y secas se envían a artes plásticas y es ahí en donde los niños deciden cuál es el tema que tendrán las piñatas. Surgen las ideas y después la elección final.
Es todo un reto para Sonia y Lucero, las profesoras de artes, buscar estrategias para lograr que esas ollas adquieran la forma que cada grupo decidió. Continúa el engrudo… forran globos con papel y cuando están secos cortan y adecuan para crear aquello que los niños desean.
El trabajo es conjunto, las profesoras guían y ellos hacen, los chicos proponen y las maestras apoyan. Las semanas pasan y poco a poco las piñatas empiezan a tomar forma ¡pronto estarán listas!
El 19 de diciembre estarán, desde tempranito, llenas de golosinas que los niños disfrutarán. Cuando llegue el momento bajarán y juntos decidirán cuál piñata se romperá primero ¿la de las niñas?, ¿la de los niños? Se formarán, cantarán y se emocionarán al momento de romperla. ¡Qué experiencia tan especial! Las tradiciones mexicanas se fortalecen en un marco de compañerismo y trabajo en equipo.