Práctica de campo Ajolotes 2024-2025
Si le describiéramos un ajolote a alguien que no los conoce y dijéramos que “es un animal carnívoro sin párpados, totalmente acuático pero capaz de respirar fuera de ella, de hábitos nocturnos, que toda su vida mantiene la forma de su etapa juvenil y puede regenerar su cuerpo”, seguramente pensaría con sorpresa que estamos describiendo a un monstruo. Y un poco; incluso la raíz náhuatl de su nombre, xolotl, significa exactamente eso.
Somos mexicanos y de pronto esa razón hace que veamos muy cotidiana su presencia en nuestra cultura, aún cuando lamentablemente su situación como especie es realmente grave. Apenas el mes pasado se realizó un censo que será publicado en la primera mitad del 2025 para conocer cuántos ejemplares quedan en vida libre, según información de la UNAM. El último estudio se hizo hace casi 10 años y quedaban 36 ajolotes por kilómetro cuadrado. Muy pocos. Ojalá este nuevo censo muestre que su población se ha recuperado.
Esta es una de las actividades más antiguas del Colegio quizás un poco por eso; con los ajolotes nos gusta estar siempre pendientes, no perderles la pista, porque son muy importantes y tenemos que estar conscientes de que hay ciertas prácticas que como comunidad citadina debemos de modificar si queremos tener cerca a los ajolotes más tiempo . En esta práctica, nos reunimos días antes entre grupos de distintas secciones para compartir un momento académico que continuó en la práctica y después de ella. Convivimos, aprendimos sobre esta simbólica especie y visitamos su hogar; conocimos sobre su ciclo de vida, la vimos frente a frente y para algunos nuestros estudiantes fue la primera vez que se enfrentaron a esta tradición del Colegio que es aprender en campo: una estrategia educativa siempre vigente que nos acerca con sensibilidad a lo que aprendemos.
Agradecemos una vez más al Centro de Investigaciones Biológicas y Acuícolas de Cuemanco (CIBAC) por recibirnos como cada año. Fue, de nuevo, una gran experiencia.