De la siembra a la mesa: una experiencia de aprendizaje con el cultivo de la papa

Durante este ciclo escolar, los y las estudiantes de 4° año participaron activamente en el proyecto de huerto escolar, una experiencia educativa que les permitió acercarse de manera vivencial al origen de los alimentos que consumimos y comprender el trabajo que implica producirlos. Este proyecto tuvo como propósito que valoraran la naturaleza y adquirieran conocimientos prácticos sobre el cultivo de la papa, un alimento fundamental en nuestra dieta.

Estudiamos sobre el tema de la reproducción asexual de las plantas, dentro del salón de clases, y en el laboratorio realizamos algunas prácticas referentes a este tema.

Hace tres meses, cada estudiante sembró con entusiasmo una papa con brote en la parcela destinada al huerto. Al inicio, se les explicó que el crecimiento de este tubérculo requería cuidados constantes, paciencia y compromiso. Desde ese momento, los niños y niñas comenzaron un proceso de observación y atención diaria. Cada quince días, se organizaban para regar las plantas en la cantidad y frecuencia adecuadas, mantener la tierra libre de maleza y asegurarse de que no hubiera plagas que pudieran dañar el cultivo.

Mientras transcurrían las semanas, los alumnos y alumnas llevaban un registro de los cambios que observaban en sus plantas. Anotaban y registraban cualquier característica relevante. Estas observaciones se compartían y comentaban en clase, generando reflexiones sobre el ciclo de vida y la reproducción de las plantas, la importancia del suelo fértil y los factores que influyen en un cultivo exitoso. Este seguimiento cercano fortaleció no solo los contenidos de saberes y pensamiento científico, sino también habilidades como la responsabilidad, el trabajo en equipo y la capacidad de organización.

Finalmente, el pasado martes 8 de julio, llegó el momento más esperado por todos: la cosecha. Con gran emoción, cada estudiante desenterró con cuidado las papas que había sembrado meses atrás. Fue un momento de alegría y asombro al descubrir que, gracias a su dedicación, la tierra les devolvía un alimento listo para consumirse. Esta actividad se realizó con las medidas necesarias de higiene y seguridad, fomentando en ellos la importancia de manipular correctamente los alimentos desde su origen.

Después de cosechar, los estudiantes dedicaron un tiempo a limpiar cuidadosamente cada papa. Primero, retiraron con las manos la tierra suelta y luego las lavaron con agua y jabón, hasta que quedaron completamente limpias. Este proceso les permitió reflexionar sobre el valor del trabajo manual y la atención a los detalles.

Posteriormente, se realizó la preparación culinaria. Con ayuda y supervisión, los y las estudiantes partieron las papas en trozos medianos y las colocaron en una charola previamente engrasada. Añadieron sal y un poco de romero fresco, cosechado también del huerto, para darles un sabor especial. El delicioso aroma que comenzó a desprenderse del horno aumentó la expectativa y el entusiasmo de todos. Finalmente, cuando las papas estuvieron listas, cada estudiante tuvo la oportunidad de degustar el resultado de su esfuerzo. Muchos coincidieron en que estas papas sabían mejor que cualquiera que hubieran probado antes, porque representaban su dedicación y su aprendizaje.

Esta experiencia no solo fortaleció los conocimientos del campo formativo de Saberes y pensamiento científico, sino que también fomentó valores fundamentales como la cooperación, el respeto por la naturaleza, la autonomía y el reconocimiento del esfuerzo propio. Además, permitió sensibilizar a las y los estudiantes sobre la importancia de una alimentación saludable y consciente, al tiempo que desarrollaron habilidades prácticas que podrán aplicar en su vida cotidiana.

Sin duda, esta actividad integradora deja una enseñanza profunda: cultivar un alimento requiere tiempo, dedicación, respeto y paciencia, pero también brinda grandes satisfacciones. Nos ayuda a valorar los recursos que cada día llegan a nuestra mesa y a comprender que detrás de cada alimento hay un proceso que merece ser apreciado.

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