En el Manglar Oaxaqueño

Durante la segunda semana de noviembre ( del 9 al 13 ) las condiciones atmosféricas nos recibieron en la costa Oaxaqueña con tanto calor que el otoño parecía verano. Parece que ha sido la práctica de campo más cálida de todas las que hemos realizado en el Parque Nacional Lagunas de Chacahua. Desde hace 19 años, estudiantes y profesores de la secundaria recorremos sus playas y lagunas para conocer de la vida de la gente y los organismos que habitan entre los bosques de mangle, la laguna y la costa.

Durante cuatro noches y sus días nos acercamos a la biología de tortugas marinas, cocodrilos, peces, mangles rojos, blancos, botoncillo y saladillo y la manera en que la gente de la comunidad se relaciona con los recursos naturales incluyendo su conservación.

En este viaje en particular sentimos algunos efectos del fenómeno climático denominado el “Niño” que implica el sobrecalentamiento de capas superficiales del Océano Pacífico ecuatorial que influyen en las condiciones atmosféricas de vastas regiones del planeta. Esto no llevó a vivir un noviembre demasiado cálido junto con la sorpresa de que en los viveros de tortuga marina, que son áreas de la playa donde se cuidan los nidos hasta que los huevos eclosionan, estaba registrando una mortalidad extremadamente alta. Los técnicos decían que les estaba afectando la combinación de calor y humedad extremos junto con mareas más elevadas.

Esta situación y otras que hemos conocido a lo largo del tiempo, junto con el alto valor en términos de biodiversidad y los servicios ambientales que proporcionan los manglares nos ha llevado a estudiar el tema del cambio climático, sus causas y medidas para mitigarlo como parte importante del curso de educación ambiental sobre el ecosistema de manglar y las tortugas marinas.

Fotografías de la estudiante Sabrina Marsilli y el profesor Julio Ríos