El Madrid hoy. Evolución y fortalezas: nuestra actitud activa frente a las crisis, nos permite mantenernos fuertes y dispuestos, saber y actuar, para cuidarnos y cuidar a otros en diferentes circunstancias.

El Madrid hoy. Evolución y fortalezas.

Mónica Rivera Gutiérrez, maestra titular de tercero de preescolar pronuncio bellísimas palabras con un sentimiento de “festejo” y deseos de compartir ideas surgidas en este curso, porque a pesar del sismo y los daños en las instalaciones, hubo emociones positivas y aprendizajes plenos.

Después del sismo se reanudaron las actividades en un tiempo corto y en el momento crucial la comunidad hizo conciencia tomando acciones sobre los daños y la situación no sólo del Colegio, sino también de zonas afectadas de la ciudad y el país (instituciones educativas, viviendas del personal y de familias con una necesidad de atención urgente).

            Esto nos marca y nos da ejemplo. Nos lleva a aprender y a practicar formas de participación y colaboración con otros, creando, sin duda, vínculos afectivos y de identidad comunitaria, que ha sido, desde siempre, un pilar en los principios del Colegio donde siempre hemos demostrado ser una comunidad crítica y solidaria, de apoyo y acción ante la necesidad de la sociedad. Esta actitud activa frente a las crisis, nos permite mantenernos fuertes y dispuestos, saber y actuar, para cuidarnos y cuidar a otros en diferentes circunstancias.

            Desde sus orígenes, en el Colegio, después de 1985, se crearon e implementaron los protocolos de seguridad y protección civil que nos hacen sentir en un lugar seguro en momentos de riesgo. Hoy, esos protocolos son aún mejores y nos brindan una mayor fortaleza y seguridad.

Estos protocolos se cumplen con las expectativas esperadas considerando que siempre habrá puntos a mejorar o modificar dependiendo de las circunstancias.

            En este curso los alumnos alcanzaron aprendizajes en todas las áreas de su vida, pero unas de las que se vieron mayormente favorecidas fueron las relacionadas con el desarrollo personal, social y cívico; así se puede y debe ver este curso, como una oportunidad aprovechada de crecimiento humano.

            Los alumnos actuaron correctamente y con mucha fortaleza y valentía, demostraron saber cuidarse; merecen un gran reconocimiento de parte de todos nosotros por su actuar en ese momento y en los que le siguieron; nos mostraron y enseñaron que de todas las experiencias, tanto las difíciles como las gratas, se aprende. Hubo anécdotas que lo demuestran, por ejemplo, al regresar a las instalaciones algunos alumnos comentaron que sentían susto pero que no importaba porque sabían qué hacer y otra fue que posterior a la práctica del primer simulacro comentaron que lo bueno en esa ocasión había sido que después de hacerlo no tembló de verdad.

            En este curso, también compartimos y fortalecimos la tolerancia, la empatía, el cariño y la solidaridad entre los diferentes miembros de la comunidad educativa. Nos dimos cuenta y comprobamos que tanto alumnos, maestros y padres de familia participamos en la construcción de la autoestima, de la identidad personal y la colaboración en los niños y niñas; las cuales son básicas para su vida personal y social.

            Una gran parte de esta experiencia fue la dimensión afectiva, los alumnos desarrollaron el reconocimiento de estados emocionales en ellos y con los otros, llevándolos a ser cada día más autónomos y autorregulados.

            Es justo que los maestros nos reconozcamos como promotores de este ambiente seguro que favorece en los alumnos el autoconocimiento, fortaleciendo así la autoestima y la seguridad en sí mismos y la acción cívica para seguir recorriendo el camino hacia la autorregulación con responsabilidad. Ese camino sin lugar a dudas se inicia en el semillero del Colegio, la sección preescolar.

            Tenemos que felicitar a toda la comunidad del Colegio ante este gran esfuerzo que detonaron nuestros valores de humanidad y respeto por la dignidad de nuestras instalaciones, de nuestros maestros y de nuestros alumnos con vistas al futuro.

¡Viva el Colegio Madrid!

Mónica Rivera Gutiérrez.

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