“Los sueños son lugares”. Ecología, evolución y surrealismo, Huasteca potosina 2019

La naturaleza ofrece encuentros sorprendentes que con frecuencia parecen extraídos de una narración fantástica. Los líquenes, por ejemplo, son algo vivo pero no son un organismo, sino dos, producto de una asociación entre hongo y alga (o a veces una bacteria que hace fotosíntesis) cuyo crecimiento no podría ser posible sin la presencia de la otra y ocurre como si se tratara de un solo individuo. Los colores que tienen las flores no son casualidad; han evolucionado para llamar de formas silenciosas a animales muy específicos, a partir de aromas, formas y colores, incluso conductas. En medio de la selva en la Huasteca potosina, existe un acantilado de 500 metros de profundidad al que, por la tarde, regresan centenas de vencejos (parientes de las golondrinas) haciendo sonar el aire con la gran velocidad que alcanzan en vuelo. En cierta parte del camino rumbo a San Luis Potosí, viniendo de Querétaro, uno puede orillarse en la carretera y, si observa bien, encontrar fósiles de organismos marinos. ¿De dónde sale todo esto y cómo se explica?

El pasado 12 de febrero, como parte de la materia Interacciones Ecológicas, módulo de educación ambiental de tercero de secundaria, viajamos de práctica hacia Querétaro y San Luis Potosí con la intención de conocer, comprender y apreciar la gran diversidad que podemos encontrar en la región de la Huasteca. No se trató solo de visitar lugares interesantes, sino de intentar adentrarnos en las relaciones de los seres vivos que las componen.

En la práctica pudimos visitar por un momento cada uno de los ecosistemas que se encuentran en nuestro país: recorrimos el matorral seco de Peña de Bernal y nos espinamos un poco; sentimos el frío nocturno de los imponentes bosques de pino-encino de San Joaquín, el calor húmedo de la selva baja y alta de la Huasteca potosina, Xilitla, la vegetación de río que crece a orillas del río Escanela, e incluso un poco del frágil bosque de niebla donde aguarda el sitio arqueológico Las ranas. Caminamos, trepamos e incluso remamos y nadamos para admirar de cerca todas las silenciosas historias que componen esos paisajes.

Además, visitamos el recién inaugurado museo de Leonora Carrington en Xilitla, San Luis Potosí, y con su historia pudimos comprender y adentrarnos en las narraciones surrealistas que dieron origen a edificaciones como las del jardín surrealista de Edward James y las aproximaciones artísticas que permiten entrar en contacto con la naturaleza. Fue una semana llena de ambientes contrastantes y aprendizajes de muchos tipos, relacionados siempre con la Biología pero también con distintos aspectos de nuestra cultura y convivencia. Ningún ser vivo, nunca, se encuentra en total aislamiento, y es precisamente esa idea la que nos permite explorar cada detalle de las interacciones ecológicas que establecemos y componen nuestro entorno.

 
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