El señor, los tacos y el “Día de muertos”: Cuento realizado por alumnos de 6º grado del Colegio Madrid:
El señor, los tacos y el “Día de muertos”
Un día antes del dos de noviembre, por la noche, un señor andaba caminando del trabajo hacia su casa, por una calle muy oscura y se le apareció un gato saliendo detrás de un árbol, que le dijo: – ¡Ven conmigo!
El señor no podía creer que un gato peludo le hubiera hablado y lo siguió por curiosidad, llegando hasta un esqueleto que le mencionó suavemente al oído: – Ya es tu hora, vámonos.
El esqueleto lo tomó por la espalda, lo empujó hacia una coladera que lo llevó muy abajo, hasta llegar al centro de la Tierra en donde sentía mucho calor, tanto que su cuerpo creía que podía quemarse.
Su alma se encontró en un mundo extraño y oscuro, viendo a lo lejos otras almas que se veían tristes, pero pudo encontrar una salida por donde logró regresar a la calle por la que iba caminando en un principio, asustado y pensativo se apresuró a su casa, buscó a su esposa para platicarle el suceso y ella en lugar de recibirlo le dijo, por favor vete de aquí, porque tuve un sueño en el que vas a morir.
El señor se angustió demasiado, para tranquilizarse se salió y caminó a su calle preferida donde está un puesto de tacos, al que se acercó y cuál fue su sorpresa, en lugar de ver personas cenando, había muchos esqueletos platicando amistosamente y comiendo tacos. Abrió y cerró varias veces sus ojos y como tenía hambre decidió comerse unos diez taquitos, mientras pensaba que lo que estaba viviendo no era real, por lo que se dio cuenta de que todo era un sueño, logrando despertarse del sillón en el que se había quedado dormido en la sala de su casa, pero al hacerlo, vio en su reloj que no era muy tarde, y fue a buscar a su vecino y amigo para salir a cenar porque tenía hambre y cuando caminó por la calle vio nuevamente a los esqueletos que le decían: – Amiguito vamos a comernos unos ricos tacos.
Entonces, en lugar de gritar decidió acompañarlos, llegaron al puestito y por supuesto comió unos tacos; se dio cuenta de que era una trampa al ver a la Catrina que había engañado previamente. Ella se acercó cuidadosamente y se lo llevó sin su permiso.
La familia al darse cuenta de que no llegó por la noche a casa; el “Día de muertos”, puso una hermosa ofrenda, con papel picado de colores, veladoras, comida, flores de cempasúchil y colocó la foto de él, al centro de la mesa, lo que le permitió regresar a la Tierra y desafiar de nuevo a la Catrina.
Cuando llegó al mundo, lo primero que hizo fue regresar a los tacos en donde por fin vio a personas, pero también estaba la Catrina y le dijo: – Te gané, todavía no es mi momento y tengo muchas cosas que disfrutar con mi familia, por lo que te pido atentamente que no vuelvas a acercarte a mí, ni a mis seres queridos. Al decir esto, la Catrina se alejó sola y triste.
Al llegar a casa, desde la puerta le dijo a su familia: – Ya volví. Observó la ofrenda con cariño y cambió su foto por un letrero que decía: “Dedicado a todas las almas que se encuentran tristes, deseando que sus amigos y familiares se acuerden de ellas”, con lo que llegó a los corazones de las personas que se acordaron de sus seres queridos que habían fallecido y logró que las almas se alegraran.
La familia estaba feliz de verlo y todos se dieron un gran abrazo, por lo que la Catrina desde lejos sonrió y decidió no volver a acercarse por un largo tiempo.