Río Frío. Un lugar mágico para aprender pescando.
La piscicultura es una actividad económica primaria que se realiza en estanques o lagos naturales o artificiales y consiste en “el cultivo racional de los peces”, en donde, se cuida el control de su crecimiento y reproducción. Los vestigios de esta actividad se remontan o se han encontrado en escenas egipcias, romanas, chinas, entre otras, sin embargo, en la actualidad la piscicultura se realiza en todo el mundo. En los países asiáticos, donde la base de su alimentación son los productos marinos, se realiza con mayor intensidad.
En México, uno de los lugares donde se lleva a cabo la piscicultura sustentable es Río Frío, enclavado en el Estado de Puebla; es el escenario en el que desde hace 11 años se realiza una de las prácticas interdisciplinarias de primero de secundaria y en la que participamos materias como Matemáticas, Educación Ambiental, Biología y Geografía.
El lugar cuenta con un precioso lago artificial de aproximadamente una hectárea, en el que se práctica la piscicultura de truchas arcoíris para el repoblamiento con fines económicos y recreativos y 59 hectáreas de bosque en la que se incluye una planta potabilizadora.
Las actividades de los alumnos se realizan en las márgenes del lago y sus alrededores, finalizando con la pesca, la preparación y consumo de su trucha.
Aunque cada materia persigue objetivos diferentes, considero que todas participamos de la importancia y riqueza que tiene el aprendizaje extramuros, la interdisciplinariedad y los valores y habilidades que podemos promover entre los chicos a través de este tipo de actividades, de ahí, que lo que más disfrutamos es ver el entusiasmo y bullicio que les provoca a los jóvenes el pescar y comerse su trucha, la convivencia y el compañerismo que se genera entre ellos y el entusiasmo por salir y disfrutar de un ambiente diferente al cotidiano.
Por cierto, pescar tiene su mérito ya que de las 11 veces que he visitado el lugar solamente en 3 ocasiones he tenido éxito, por lo que felicito aquellos alumnos que durante todos estos años han logrado pescar una o más truchas arcoíris y para aquellos que no tuvieron éxito, deberían considerar que siempre podemos volver a intentarlo.