La última y nos vamos

Opción B

22 de abril 2015

Nuestra practica comenzó a las 6:00 am, que fue la hora de cita en el Colegio, y una vez más el tema de la puntualidad retrasó nuestra hora de salida. En punto de las 6:30 am salimos del Colegio con rumbo a Malinalco. En el camino, Daniel nos iba diciendo que la altura iba variando y conforme a eso, el bioma cambiaba pasando desde pinos hasta pastizales. Y para identificar esto, tomamos algunas fotos de la vegetación que veíamos en la carretera y hacer una comparación de estas. Cuando entramos al último tramo de la carretera para llegar a Malincalco, nos encontramos con un bioma que nadie esperaba: las ciénagas. La ciénaga es una gran masa de agua estancada y poco profunda en la cual crece una vegetación acuática a veces muy densa y diferentes especies de peces, moluscos y crustáceos.

La llegada a Malinalco fue alrededor de las 9:30 am y ahí, la actividad que se realizó fue subir una pirámide. El caminar por sus calles empedradas, logra que los visitantes tengan una idea de un pueblo colonial.

Después de 289 escalones, y un calor sofocante debido a que es un valle y la altura sobre el nivel del mar a la que estábamos, logramos subir a la pirámide (sitio arqueológico).

Aquí, lo que se pudo observar es que el bioma es selva baja caducifolia. A lo lejos se podían ver algunas minas. La visita se dio en una época de no lluvias, lo que nos permitió distinguir las cuencas por donde baja el agua, pues todo estaba seco excepto esa parte.

Después de un largo descanso ahí, bajamos y pudimos visitar 30 minutos el mercado y comprar algo para después irnos a Tenango.

El camino fue menor a 20 minutos y una vez mas nos dimos cuenta de cómo la altura afectaba al bioma del lugar. En este lugar, el bioma era pradera y pastizal. Llegando a la conclusión de que entre más abajo del nivel del mar se siente más calor. A una mayor altura sobre el nivel del mar es más fresco.

En Tenango también se subió a un sitio arqueológico y aquí lo que más se pudo observar fue la erosión del suelo, la cual es producida cuando no hay árboles cubriéndolo de la lluvia, la cual lo golpea directamente en lugar de gotear gradualmente desde las ramas y caer suavemente sobre el piso forestal. Esto significa que cuando llueve, más agua golpea más fuertemente el suelo, arrastrándolo.

Tenango fue el lugar perfecto para descansar y relajarnos, pues a pesar de que se sentía calor, las corrientes de aire fresco no paraban.

Después de hacer el recorrido por todo el lugar, nos dirigimos al camión para poder llegar al mercado y comer. Ya en el lugar, todo el salón se sentó en el mismo lugar. Las risas y pláticas en la comida hacían un final feliz de lo que era nuestra última práctica de campo como estudiantes del Colegio Madrid.

La hora de partida llegó y todo el salón de regreso como de costumbre, se dedicó a jugar y convivir.

Por: Alexis Saldate Alvarez

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