Semana ambiental y círculos de cultura Érase una vez, un manglar…
“Concebiremos a la educación como un proceso de constante liberación del hombre, (…) educación que no aceptará, ni al hombre aislado del mundo –creándolo en su conciencia-, ni tampoco al mundo sin el hombre, incapaz de transformarlo.”
Paulo Freire
Un tajamar es una construcción que sirve para evitar o disminuir el paso de agua de un sitio a otro, similar a la función que cumple un rompeolas o un dique. Como esta construcción hecha por el ser humano, los manglares ofrecen servicios similares en las zonas costeras como barreras naturales frente a huracanes o mareas altas, además de la evidente riqueza biológica que albergan y su importancia para la sociedad, que aprovecha de diversas formas estas zonas. El Manglar Tajamar en Cancún lleva en su nombre uno de los beneficios centrales de este ecosistema, sin embargo hoy en día, 57 hectáreas de su vegetación y fauna han sido totalmente arrasadas. Esta delicada y desagradable situación es una oportunidad, y nos responsabiliza en cierto modo, para hacer una pausa e intentar entender las razones que la causaron, pero sobre todo tener idea si está en nuestras manos, y en qué medida, hacer algo concreto para evitar que ocurra nuevamente eso o algo relacionado en algún sentido. ¿Por qué los humanos y sus sociedades eligen las formas de vida que llevan a cabo? ¿Cómo son nuestros hábitos cotidianos? ¿Qué implican, para el medio ambiente, nuestras acciones y rutinas? ¿Son congruentes nuestras acciones con aquello que pensamos y decimos? A partir de estas preguntas, y muchas otras, en Secundaria nos dimos a la tarea de entrar en una discusión donde nos analizamos a nosotros mismos, nuestras vidas cotidianas, gustos y acciones, así como las repercusiones de todo ello sobre el entorno.
Durante casi dos horas, simultáneamente, todos los alumnos de nuestra sección y 36 profesores, nos reunimos en grupos pequeños y distintos a los habituales, conformados por alumnos de las tres generaciones, para llevar a cabo la reflexión sobre este tema y sobre nuestra participación en un entorno que, aunque en ocasiones no es tan evidente, nos involucra en todo momento.
Después de la discusión intentamos plasmar de forma gráfica algo de lo que surgió en ésta, para compartir nuestras ideas con el resto de la comunidad del Colegio. Mediante estos grupos de discusión, llamados círculos de cultura, se pretende que maestros y alumnos, en conjunto y sin importar la edad, dialoguen sobre el mundo en el que ambos habitan. Los humanos influimos y somos influidos por una realidad que podemos transformar, y situaciones concretas como lo ocurrido con Tajamar sirven de puente entre personas que tienen distintas formas de entender el mundo y mediante el diálogo pueden compartir, para después, desde esfuerzos personales o colectivos, tomar acciones concretas al respecto.
Lo ocurrido durante la semana ambiental de Secundaria no fueron clases impartidas por un maestro en el sentido estricto, sino un encuentro de personas que, en conjunto, intentaron comprender su entorno y pensar cómo hacer para transformarlo.
Si esta actividad tuvo éxito, es debido sin duda a casi 40 maestros y más de 500 alumnos que se involucraron. Gracias a todos ellos.
En el siguiente enlace podrás observar los carteles realizados por cada grupo de discusión: Semana ambiental en la secundaria
Manuel Ochoa
Julio Armando Rios Reyes
Una gran experiencia donde escuchar y dialogar se muestran como el camino a recorrer en la búsqueda de alternativas a grandes problemas que enfrenta la sociedad, donde como lo plantea el ideario del Año Internacional para el Entendimiento Global, las acciones cotidianas e individuales se deben articular y proyectar para resolver problemas complejos y a gran escala. Felicidades alumnos y profesores del Colegio Madrid.