Un lugar donde encontrar buenas preguntas: Práctica de campo a Querétaro y Guanajuato de los alumnos del CCH
Las preguntas son fundamentales para conocer, y muy especialmente las buenas preguntas, pues quien tiene una de ésas no sólo posee ya la mitad de la respuesta, sino que -más importantemente- está en la ruta correcta para dar con más y mejores preguntas. En el Colegio Madrid consideramos prioritario enseñar a los estudiantes a encontrar buenas preguntas. Para ello es básico mostrarles dónde buscar y si algo es claro es que el aula resulta limitada cuando de búsquedas tan ambiciosas se trata. Es por eso que partimos a terrenos más propicios y llevamos a nuestros alumnos a prácticas de campo, para que hallen preguntas en el contacto directo con los objetos de conocimiento, aprendan a formularlas y también a interpretar las respuestas que se les ofrecen.
Entre el 20 y el 24 de marzo de 2014 dos grupos de estudiantes del último año del bachillerato partieron a Querétaro y Guanajuato. Siguiendo un programa académico apretado se las arreglaron para visitar un centro de investigación científica de vanguardia, conocer el pasado colonial de la región, discutir sus problemas de sostenibilidad ecológica y conocer numerosos monumentos y puntos de interés artístico e histórico, como los pueblos de Dolores y Atotonilco. Durante el día, entrevistaron locales, reprodujeron fachadas de edificios emblemáticos, consignaron por escrito sus experiencias e indagaron en el imaginario y folklore locales. Tras el atardecer, participaron de seminarios extensos en los que presentaron exposiciones y debieron servirse de lo observado para enfrentar cuestionamientos complejos, en una ocasión en torno a la relación entre historiografía, exclusión y Estado nacional, en otra sobre imaginarios regionales y la mecánica general del prejuicio social.
Se trató entonces de un desafío para su resistencia física pero también para su intelecto, y la evaluación continua de la que su trabajo fue objeto indica que salieron bien librados. Sobra decir que quedaron exhaustos, pero es normal: regresaron a casa cargados de nuevas buenas preguntas.
Por: Javier Yankelevich