Conferencia de Marco Rascón “Lo que el sismo nos movió hace treinta años”

Con el fin de analizar las consecuencias sociales del terremoto de 1985 en la Ciudad de México invitamos a Marco Rascón a impartir una charla con nuestros alumnos de tercero de secundaria y de CCH sobre su papel en la organización social posterior a esa fecha. Aunque él no lo dijo directamente su personificación de Superbarrio, fue fundamental en la democratización de la Ciudad de México y del país a partir de 1985.

Marco nos habló del autoritarismo que se vivía en México en la década de los 80 y la gravísima crisis económica, con un inflación superior al 100 % anual y la caída desmedida del poder de compra y los salarios; también nos contó sobre las características habitacionales del centro histórico y las colonias aledañas, con un enorme hacinamiento, pobreza y centros de trabajo en condiciones inhumanas, como los de las costureras o los cuartos de azotea del edificio Nuevo León.

Después del temblor, nos dijo, el gobierno tuvo la idea, e incluso estableció programas, para mover a los damnificados hacia la periferia y reurbanizar las zonas céntricas con clases medias; sin embargo los damnificados se organizaron y exigieron la reconstrucción de sus viviendas ahí mismo. En el mismo sentido los damnificados del temblor se mezclaron con los damnificados de la crisis económica y se organizaron para luchar por sus derechos. Nacía poco después la Asamblea de Barrios y Superbarrio, como un héroe anónimo, igual que todos los héroes que se solidarizaron desde la época de temblor para ayudar a los que más lo necesitaban.

Ya en diálogo con los alumnos, Marco habló de su activismo político desde sus años de secundaria en Chihuahua, sus experiencias en la guerrilla y como preso político, y sus inicios en las organizaciones vecinales de la Ciudad de México.

Finalmente comentó que con las redes sociales y los nuevos medios de comunicación la gente está muy movilizada, pero al mismo tiempo la sociedad civil esta pulverizada porque cada quién jala para su lado; pero él es optimista y cree que a la movilización, como la relacionada con los estudiantes de Ayotzinapa, debe ser táctica y construir objetivos comunes de lucha social.

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